A lo largo de la vida se viven momentos difíciles, incluso terribles, que se caracterizan por una pérdida: alejarte de un amigo, romper con una pareja, perder un negocio, enfermar, etc.
Por duro que resulte, será ante esta pérdida cuando tengas la oportunidad de crecer.
Cuatro reflexiones para ganar perdiendo
Moldea tus sueños
Con frecuencia esperas que tus sueños se cumplan tal y como los imaginas, pero la vida no es perfecta.
Si inicias una lucha sin sentido, esto sólo conllevará una pérdida de energía para la vida.
No dejes de soñar, pero contempla la vida como algo dinámico para poder adaptarte y crear nuevos sueños que vayan de la mano de tu realidad.
Crea un nuevo sueño desde cómo son las cosas y no cómo te gustaría que fueran
Atento a tu actitud
Cuando pierdes, puedes sentir la tentación de quedarte anclado en el sufrimiento, alimentando la lástima hacia ti mismo.
Cuidado con esto, ya que sólo tu actitud tiene el poder de hacerte desdichado.
Tendrás que hacer tu duelo, ese ejercicio de comprensión que culmina en la aceptación, lo que te permite volver a mirar hacia el futuro.
Tómate tu tiempo
Puede resultarte difícil orientarte, por lo que tendrás que aprender a permanecer en el no saber, aguardar la señal que te indica el camino a seguir para poder tomar la determinación debida.
No tienes que resolverlo ya.
Despierta
Muchas veces te notarás dormido, anestesiado, dejándote llevar por lo que se espera de ti y funcionando de manera casi robótica.
Cuando has perdido algo, la vida te saca de esa forma de funcionar y te permite re-descubrir tus motivaciones y priorizar lo que es verdaderamente importante para ti.
Y es que, con frecuencia, cuando todo va estupendamente y siempre ganas, puedes perder tu verdadera esencia.
Y tú ¿en qué pérdida te encontraste?