El optimismo es la tendencia a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más positivo o más favorable.
Todos conocemos detractores o críticos con esta actitud en la vida, pero la realidad es que es una actitud mucho más práctica.
Como dice Albert Espinosa, cuando crees creas.
Esto es que cuando crees que algo es posible, te esfuerzas en conseguirlo.
Esto incrementa notablemente las probabilidades de éxito.
Pero es que además afecta a la denominada resilencia, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas,.
Ante el sufrimiento, la persona optimista genera tanto recursos para sobrellevar esta situación cómo para entender que no durará para siempre.
Ser optimista tiene consecuencias hasta en tu salud, reforzando tu sistema inmunitario.
El profesor Roth, de la Universidad de Stanford, en su libro The Achievement Habit señala dos hábitos en tu habla que has de cambiar.
Recuerda que la forma en la que hablas influye en la forma en la que piensas
Así que esfuérzate en pensar y hablar siguiendo estas recomendaciones
2 ejercicios fáciles para ser más optimista
1.Cambia el «tengo que» por «quiero»
«Tengo que» y «debería» son expresiones muy prácticas que sirven para agilizar. Yo no me planteo cada mañana si ir o no a trabajar, se que simplemente tengo que hacerlo.
El problema es cuando confundimos aquello que nos gustaría con una obligación , como «tengo que ser siempre agradable» en lugar de «me gustaría caer bien».
Si en una frase puedes sustituir un tengo que por un me gustaría, en realidad no se trata de una obligación y resulta que no hay motor más poderoso que hacer aquello que en realidad quieres hacer.
Así que cambia la expresión
Esta forma de pensar te ayudará a ser mucho más consciente de lo que quieres , quien eres y liberarte de exigencias que te paralizan.
2. Sustituye el «pero» por «y»
Según Roth «Cuando utilizas la palabra pero creas un conflicto, a veces una razón, que en realidad no existe…En cambio, cuando utilizas la palabra y, estás obligando a tu cerebro a procesar ambas partes de la frase”
Es decir, cuando utilizas la palabra «pero» te rindes, eliminas esa opción.
Mientras que si usas la palabra «y» obligas a tu cerebro a buscar más alternativas de resolución.
Observa el efecto en ti mismo al leer estas dos frases:
Quiero ver a mis amigos pero estoy cansado vs Quiero ver a mis amigos y estoy cansado
Es evidente en cual de las dos situaciones no vas a ver a tus amigos ¿verdad?
Como ves, son dos trucos fáciles que pueden suponer un cambio en la forma en la que ves la vida y cómo te perciben los demás así que te animo a llevarlos a la práctica.
Y tú, ¿ves el vaso medio lleno o medio vacío?
Un fuerte abrazo por tu cercanía y sencillez.
Muchísimas gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo para ti también
Excelente artículo, Rosa María. Eres una excelente comunicadora. No sólo dices cosas muy interesantes, sino que sabes hacer llegar el mensaje con mucha claridad al lector. ¡Enhorabuena!
¡Muchísimas gracias compañero!