Este ejercicio corresponde al taller Aprende a ser feliz en 30 días con 30 pequeños gestos diarios
Perdona
Ante el daño, parece que la primera inclinación humana es reaccionar de forma negativa, correspondiendo de una forma similar. Perseguimos la venganza.
Evidentemente, esta actitud genera respuestas negativas: te hace sentir mal, te perjudica e incluso destruye relaciones.
El perdón romperá esta cadena de negatividad.
Pero, ¿qué es el perdón?. No estamos hablando de retomar la relación con la persona que nos ha hecho tanto daño, ni justificar ni minimizar el mal hecho. Tampoco se trata de olvidar lo sucedido.
Perdonar es contemplar el daño desde la distancia, sin que nos afecte más. Sin desearle daño a nadie sino buscando tu bienestar e incluso el del otro.
Perdonar es algo que se hace por uno mismo. Sin embargo, si tienes fuertes motivos para no perdonar, también hay que respetarlo. Quizá no sea el momento y aún tiene que pasar tiempo, o quizá nunca este momento llegue a acontecer.
Pero ten presente esta reflexión: «Agarrarse a la ira es como coger una brasa para arrojarla a alguien: el que se quema eres tú». Budha
Hoy vas a escribir una carta de perdón. Seguro que tienes en mente quien sería el destinatario. Pero fíjate, lo que te pido es que la escribas, no que la envíes, ya que el objetivo es aligerar tu carga, aliviar tu rencor. No necesariamente restablecer relaciones o retomar contacto. Que envíes o no la carta, depende de ti.
Describe el daño que has sufrido. Explica porqué aún te duele. Di que esperabas de esa persona y cómo te decepcionó.
Ahora intenta imaginar porqué pudo actuar como lo hizo y cómo le afectarían tus palabras. Vas a intentar verle como a una persona completa y no como el comportamiento ofensivo. Intenta imaginar la respuesta de esa persona ante tu perdón
Es posible que te cueste escribir la carta de perdón. Te puede parecer que el hecho es imperdonable y este ejercicio termine abrumándote. En ese caso, puedes dejar la carta y posponerla a otro momento, e incluso elegir otro destinatario y circunstancias; pero tan pronto como puedas, practica el perdón.
El rencor y el odio son pesados lastres en el camino de la felicidad.
No olvides apuntar en tu diario tu experiencia personal con esta tarea. ¡Disfruta del ejercicio!
Y mañana Día 13: