Con motivo del Día internacional contra la Violencia de Género, me gustaría contaros una fábula. Es una metáfora que se emplea para ayudar a eliminar la culpa de aquellas personas que han sufrido violencia por parte de sus parejas, que han llegado a situaciones extremas donde entienden que su dignidad ha quedado reducida y aplastada. Entonces llega la dichosa pregunta ¿Cómo pude aguantar esto? ¿Cómo fui tan estúpid@? … Dice así…
“ Si coges una ranita sana y la introduces en un recipiente de agua hirviendo, la ranita saltará inmediatamente, salvando así su vida. Es lógico, el agua hirviendo quema, duele.
Sin embargo, si introduces a esta misma ranita en un recipiente de agua fresca, la ranita permanecerá quieta, cómodamente sentada. Si comienzas a calentar el agua, de manera lenta y gradual, la ranita apenas percibirá el cambio. Continuará sentada mientras el agua se calienta, y será así hasta el punto en el que el agua hierva y ella muera.
No pudo darse cuenta de cuánto quemaba el agua hirviendo porque previo a hervir, quemaba; y previo a quemar, calentaba; y previo a calentar, estaba templada; y anteriormente, se trataba de agua fresca y agradable.
¿Por qué la ranita no saltó salvando su vida? Porque no se percató de que el agua se estaba calentando. Porque no percibió como la amenaza iba apareciendo. Porque al introducirle por primera vez en el recipiente de agua fresco, le pareció un lugar cómodo y confortable, un lugar seguro donde poder vivir. “
Sucede igual en violencia de género. La relación, antes de ser un lugar hostil, en algún momento fue un punto de seguridad y confortabilidad para la persona víctima de violencia de género. Por eso, es fundamental que si has sufrido la violencia, apartes la culpabilidad y te perdones por no haber podido cuidarte, por suerte, ¡aún estás a tiempo! ; Y si conoces a alguien que sufre la violencia, no juzgues, no minimices, no responsabilices…empatiza, comprende, ayuda ¡aún estás a tiempo!
Finalmente, me gustaría presentaros a la Asociación MUM (Mujeres Unidas contra el Maltrato), quienes realizan una labor admirable en la lucha contra la violencia de género. Especial mención a mi querida amiga y compañera Rocío Peces Morera, quien lucha apasionadamente en esta causa ayudando a mujeres de toda España