Esta misma mañana he recibido una llamada de un redactor de Sálvame Deluxe, famoso programa de la cadena televisiva Tele5, en la que me ofrecía la posibilidad de colaborar con ellos dando mi opinión profesional sobre una famosa que ha participado recientemente en un reality de esta casa.
He de reconocer que he tardado un tiempo en reaccionar. Mis pensamientos se alborotaban chocando entre ellos mientras que me mantenía calmada, no por mis habilidades terapéuticas, sino por el shock emocional de lo inesperado.
Lo primero que ha venido a mi cabeza es la repercusión que mi aparición en este programa podría tener para mi: podría darme a conocer a más gente, podría colaborar en programas posteriores…¿podría hacer crecer mi negocio?
Después le he pedido al redactor que me concretara cual sería mi labor. Según me ha explicado, ellos me enseñarían una serie de videos y secuencias donde observaría la conducta de esta famosa y yo tendría que dar una opinión profesional sobre la misma, un enfoque diagnóstico sin llegar a dar la etiqueta (no habría necesidad, me tranquilizaba el amable redactor). Entonces es cuando ha aparecido mi pepito grillo. Yo no hago esto. Nunca lo he hecho.
Reconozco que me he sentido profundamente halagada por el interés desde este programa, reconozco que para mí sería un orgullo enorme poder colaborar con otros programas de esta misma cadena apoyando emocionalmente a concursantes (¡qué bien lo pasaría en Gran Hermano!) o asesorando a los periodistas de programas informativos…pero reconozco que estos son mis límites.
Alguien que me conoce muy bien (y a quien he llamado posteriormente y ya sí, muy emocionada), me ha dicho: “pero eso no es lo que tú haces, tú ayudas a gente, no opinas sobre ellos”.
Yo ayudo a gente. Y me hace muy feliz hacerlo. Mi trabajo es el más maravilloso del mundo y el bienestar de las personas a las que atiendo es el mayor de los éxitos profesionales.
Finalmente no podréis verme en la tele(de momento 😉 ). Yo veré a la compañera o compañero que acuda en mi lugar, y lo haré con muchísima curiosidad y admiración.
Gracias al redactor Victor por haberme tenido en cuenta. Que mi web te haya resultado atractiva y mi opinión lo suficienteme interesante como para querer contar conmigo, ha sido un precioso regalo para mi hoy.
Y a vosotros ¿qué os parece? ¿creéis que debería haber aceptado? ¿qué hubierais hecho en mi lugar?